30 de diciembre de 2009

Algo que decir

Si andas por ahi y queres escuchar un ratito de radio, parece que alguien pensó que tengo algo para decir y decidieron hacerme una entrevista.
A partir de las 21.00 de hoy (30-12) me pueden escuchar un ratito en:
Gracias a los chicos de Golpe de Gracia por elegirme para charlar un rato...
Veremos que sale de eso!

25 de diciembre de 2009

Viva la vida!

Me apropio de las palabras que nos escribió una amiga para dejar mi saludo navideño, porque cuando lo leí me hizo pensar en tantas cosas, que vale la pena tenerlo siempre a mano:

Juega siempre a dar, no hay juego mas entretenido..Date, entregate, gastate, reíte, pensá, cantá, actuá, soñá, soltáte como lo hacemos al cantar o bailar!

Que cuando la Muerte venga a reclamar su parte, que se encuentre con los cofres vacios, que se encuentre con los restos de una gran fiesta y la casa ya abandonada!

Vivan, griten, bailen, larguen todo que para eso estamos, Para vivir

Que el 2010 empenzando con esta noche de Navidad donde nace la luz, nos inspire a soltarnos, a dejarnos ser, a liberarnos de las ilusiones, de las mentiras, y dar lugar a que la felicidad nos invada y se apodere de nuestra alma, permitiendo que todas nuestras actitudes sean en función a este momento..la vida

22 de diciembre de 2009

La mujer en busca del destino

Por primera vez fui a una bruja. En realidad era un brujo. Venía incluido en el menú del evento de fin de año, con mis compañeros del laburo.
Me tiró las runas y me leyó las cartas.
Dice que ando bien encaminada y que siga por ahí, que no le afloje. Dice que tengo buena luz y que soy la artífice de mi propio destino.
En fin. No dice nada que no supiera.
A veces cuando tenía que hacer una pregunta daba miedo. Y si me dice que soy un desastre? Y si dice que estoy mal, que así no llego a ningún lado?
Asusta que un "lector" del futuro nos diga cosas que no coinciden con lo que queremos, pero yo sé que solo depende de mi, que no importa lo que diga un vidente, mi vecina, mi amiga o quien sea.
Lo importante es lo que uno quiere y buscarlo. Al menos así no podré acusarme de no haberlo intentado, después que sea lo que Dios quiera.

15 de diciembre de 2009

La certeza, las raíces

Día normal de laburo, hasta que algo ocurre. Después de un contacto con un cliente, una de las chicas de mi equipo se va rápido para el baño. Llorando.
La sigo. Le pregunto: Estás bien? La llevo a una oficina para charlar más tranquilas.
Le pregunto qué pasa, le digo que la conozco, que ella no tiene problemas para contener socios complicados, que evidentemente algo le anda pasando, que debe estar sensible por otra cosa.
Que pasa? Puedo ayudarte en algo?
Ella no había dejado de lagrimear durante todo mi monólogo. Al llegar a esta punto realmente rompió en llanto. Se desarmó. Sin dejar de llorar, desconsolada, me contó que venían las fiestas, que eso la tenía mal, que estaba pasando por un montón de cosas y que para colmo la única persona en su familia que la escuchaba ya no estaba.
A ella la conocí hace un año y medio. Era un pollito mojado cuando entró a la empresa. En la presentación del grupo, unos 10 o 15 chicos nuevos, ella contó su historia. Su papá había fallecido hacía unos meses y ella había tenido que salir a buscar laburo. Su madre no había podido hacerse cargo, ni siquiera había terminado la primaria y se le estaba complicando conseguir trabajo. Ella no tenía hermanos y se tenía que hacer encargar de su madre y su casa. Solo tenía 21 años.
Ahora, mientras me contaba que la única persona que la escuchaba en su familia ya no estaba, yo luchaba para no ponerme a llorar con ella. Hasta que me dijo, en medio de un sollozo: Estoy tan sola. Lo único que pude hacer fue abrazarla, y eso que no soy una persona abrazadora.
No estás sola, le dije. Estamos con vos.
Y nos quedamos así abrazadas. Juntas. Ella llorando, en mi hombro. Yo pensando en los míos.
Siempre lo supe, pero hoy lo entendí con una certeza que no había tenido antes.
Nunca voy a estar sola. Nunca, nunca.
Mientras escribo esto los veo. Ahí están todos. En las fotos de mi cuarto.
Miro a mi familia, que sigue creciendo, todos juntos, en el casamiento de mi hermana y se me vienen a la mente muchas tardes en lo de mis viejos; un abrazo en momentos difíciles; un beso de feliz navidad; un mensaje de texto de mi hermana, cuando falleció mi abuelo, ofreciéndome ir para su casa, así no me quedaba sola en la mía; varios alrededor de mi cama, cuando me desperté después de una cirugía; me vienen a la cabeza los chistes, las risas, las peleas, los gritos, las charlas, las anécdotas, los discursos y el apoyo, aunque muchas veces no entendieran mis proyectos o el estilo de vida que elegía. El apoyo de mi familia. Siempre. La compañía. Siempre.
En el marco de al lado hay otra foto: Mis amigas.
Pienso en ellas. Nos conocemos de toda la vida. Y también pienso en las otras, en las más nuevas. Esas que hace unos años comparten conmigo el camino. Mis amigas que me obligan a dejar el estudio un rato para verlas; que disfrutan conmigo cada cumpleaños, cada logro en mi trabajo; con quienes comparto la alegría de los objetivos cumplidos, que me alientan a seguir adelante y que muchas veces simplemente me escuchan, porque les hablo de mis miedos, de mis desilusiones, de mis fracasos y también les hablo de mi última salida o de mi último saliente, de lo que hice durante el día o de lo que planeo para mi futuro; con quienes critico a otros, opino sobre todo y charlo sobre nada.
Es cierto ahora estoy soltera, pero nunca en la vida estaré sola.
Me siento una agradecida de la vida porque llena mi camino de excelente compañía.
Tengo amigos, tengo familia, tengo todo lo que necesito para ser feliz.

11 de diciembre de 2009

La pregunta correcta

Lo que nos trae la paz
muchas veces no es encontrar respuestas,
sino hacernos a nosotros mismos la pregunta correcta

8 de diciembre de 2009

Apoyo

Hay momentos en que uno necesita todo el apoyo y la fuerza que pueda conseguir.
Este es uno de esos momentos para mi.
Y no necesito pedirles que estén. Y están.
Por eso: GRACIAS.


Michael Jackson & Akon - Hold my Hand
(Si querés escucharla en Youtube hacé click acá)
(Si querés ver la letra de la canción hacé click acá)


2 de diciembre de 2009

Que sepa abrir la puerta para ir a jugar

Quienes hayan jugado al TEG sabrán que es un juego netamente estratégico. Uno tiene que planear tácticas, convencer al enemigo de que en el fondo un poco amigos somos, que podemos llegar a hacer alianzas para fortalecernos los dos y destruir al resto, pero mostrarnos lo suficientemente débiles para que el otro piense que al momento de enfrentarnos seguramente nos gane, aunque sepamos positivamente que no es así.
El TEG lleva tiempo. He participado en partidos de TEG hasta las 6 de la mañana. Me he peleado con amigos y familiares porque a nadie le gusta perder. Cuando los dados no te acompañan o ya es demasiado tarde para cambiar tu fallida estrategia y ves que vas desapareciendo del mapa te agarra una bronca terrible. Es algo que tiene ese juego y que no lo podés controlar.
Con el amor pasa igual que con el TEG. Nos obsesionamos en conquistar el mundo y nos olvidamos de lo divertido que es jugar. Estamos tan pendientes de la cantidad de países que nos falta invadir que a veces no disfrutamos cada una de las victorias que vamos consiguiendo. Lo divertido ya no es el enfrentamiento sino alcanzar el objetivo.
Lo peor es cuando uno ya se acostumbra a la derrota y juega con la seguridad de que va a salir perdiendo. Con mis sobrinos por ejemplo ya no juego a la Play porque hasta el de 9 años me gana todas las peleas y todos los partidos. No tiene gracia. He ahí un error. Es en el juego donde se practica y donde se puede aprender del que más sabe.
Cuando empezás a conocer a alguien existe toda una etapa de histeria y de idas y vueltas. No tenés claro donde va a terminar la cosa, pero igual te encanta. Es esa expectativa ante el resultado lo que lo hace más interesante. Así como no es divertido perder siempre, tampoco está bueno cuando desde el comienzo tenés la victoria asegurada. Es el desafío lo que nos motiva.

En todo juego ya sea de TEG, de Play o en los juegos amorosos el resultado no está garantizado, pero al menos si dimos el 100 % podremos estrecharnos la mano al final de la partida y decir: Bien jugado, para participar de un nuevo torneo o para disfrutar del trofeo obtenido.
Después de todo, ganamos o perdimos, igual nos divertimos y eso es lo que importa.