28 de febrero de 2008

Reflexión de un dia de lluvia

Diluvia en Buenos Aires. Miro desde el confort de mi hogar como llueve, gracias a que motivos estudiantiles me retuvieron en casa.
Un placer total, tomar mate, escuchar musica y mirar el paisaje lluvioso que me ofrece mi ventanal...
Acabo de decidir que me voy a buscar un ricachón que me mantenga, para poder disfrutar este tipo de lujos que las responsabilidades laborales me impiden vivir cada vez que quiero.

26 de febrero de 2008

¿Estudiantes a estudiar?

Debería estar estudiando pero no tengo ganas.
Debería estar sentada frente a un texto inentendible que me deja más dudas que respuestas. ¿Que corno me van a tomar de esto?
Internamente no dejo de mantener conversaciones, discusiones y hasta me he llegado a retar varias veces, como cuando tenía 6 años y no quería comer los bifecitos de riñón que nos hacía mama: te quedás sentada y hasta que no terminas todo no te levantás. Pero nada. Me siento, miro los apuntes y me levanto un par de horas mas tarde cuando descubro que no adelanté nada.
Pienso que estoy cansada, que tuve solo una semanita de vacaciones, que en este llamado ya aprobé un final, que no quiero estudiar más, que en el laburo tengo muchos quilombos y eso no ayuda a tener la mente despejada para el momento en que me siento ante los textos, pero acto seguido pienso que es el último esfuerzo, que en tres días de sufrimiento tengo la posibilidad de evitar tres meses de sentir que tengo un tema pendiente más, que mi trabajo nunca va a estar libre de quilombos porque me dedico básicamente a resolver problemas, que además puedo probar si safo, total no me importa el promedio y si me saco un 2 está todo bien, al menos lo intenté.
Acto seguido mi otro yo, el más vago, contesta que nadie me apura, que para qué presionarme, para recibirme ya, que mejor me lo tomo con calma y preparo bien la materia, que puedo mantener este ritmo de estudio y preparar dos materias para el próximo llamado o atrasar un par de meses más el último final, total voy a estar haciendo todo el año la tesis, además ya me pasó una vez eso de rendir un final y sacarme un dos y fue una experiencia totalmente frustrante, mejor la evitamos estudiando como corresponde porque no sirvo para tirarme a la pileta y ver que pasa, además mirá si mañana me pisa un colectivo y yo pasé mis últimas horas haciendo algo que no tenía ganas, la vida es una sola y hay que disfrutarla.
No, no, no, no, me interrumpe nuevamente mi yo más responsable, tengo que poner la mente en positivo, hacerme la idea de que voy a ir a sentarme frente a los tres profesores que toman (el titular que todo el mundo odia, la gordita que es una jodida y pregunta cosas dificilísimas y la otra mina que solo quiere quedar bien con el jefe de cátedra)y quizá justo me preguntan lo que sé y como respondo brillantemente me dicen: dejá, no digas más, te merecés un 10, andá tranquila. Además la materia me gusta así que debería saber disfrutar del momento de estudiar y tengo que aprovechar que ya vengo con la memoria afilada, porque vengo reteniendo conocimiento desde hace 10 días, así que basta de perder el tiempo pensando pavadas y mejor empiezo a repetir como un loro las 100 clasificaciones de las 50 definiciones en que se dividen los contenidos, los 20 conceptos fundamentales y los 3 objetivos implícitos y explícitos que son el eje de la materia.
Si, basta. Pero me siento ante los resúmenes y pienso: ¿cual de mis dos yo triunfará? y sin darme cuenta noto que internamente arranca nuevamente el duelo de argumentos a favor o en contra del estudio... ¿como terminará esto? supongo que lo sabremos en el próximo capítulo.

23 de febrero de 2008

Examen a la paciencia

Feliz. Así me siento. Estoy de vuelta. Soy otra vez yo. Rendí y me fue bien. Las metáforas para describir este momento son miles... me saqué un muerto de encima, una mochila menos, pude sortear esa piedra en el camino, esa barrera que no me dejaba seguir avanzando, este final me costó un Perú (asumiendo que un perú debe ser muchisimo). Si uno quiere poner a prueba su paciencia solo hace falta acercarse al pasillo de una facultad cualquiera en fecha de examen. Nada peor que esos minutos antes de que digan tu apellido y sepas que es la sentencia de muerte o el pase a la libertad.
Mientras esperaba a que me llamen miraba al resto de la gente que estaba por rendir: ahí estaba la parejita insoportable que no dejaba de hacerse mimos, se conocieron en la carrera, él no rinde y ella si, él viene a hacer el aguante, ella viene a ver si pasa. Insoportables los dos con tanto arrumaco en un lugar que está hecho para cualquier cosa menos para eso, especialmente en un día como hoy.
Allí estaba también el que camina, mueve la pierna, se sienta, se para, se vuelve a sentar, abre la mochila, golpea el piso con el pie: Pobre está nervioso, pienso, pero por Dios que se quede quieto de una vez!
No puedo dejar de notar que están las amigas que prepararon juntas la materia. Escucho sus conversaciones y parecen calcadas de las charlas pre-final que mantengo con mi amiga del alma, la única que hice en el claustro estudiantil. Hablan sobre el profesor, que parece que es gay, hablan del tiempo que le van a dedicar a no hacer nada, de sus proyectos de futuro, de la tesis que van a realizar juntas, de las materias que les quedan por rendir, de la crisis que les provoca saberse casi recibidas sabiendo que saben tan poco. Sueñan, como mi amiga del alma y como yo, con el momento en que les tiren huevos, harina y ketchup y puedan decir: Terminé!
En ese pasillo me encuentro asimismo con la clásica chica que no sabe nada, que ante cada alumno que sale de rendir pregunta: ¿Que te tomaron? y acto seguido pone cara de culpa y de angustia. Ese texto lo saltéó, esa unidad no la leyó, ese teórico ni lo miró. Yo le huyo a este tipo de mujer estudiantil porque sé que buscará un cómplice que le repita todo lo que ella no pudo o no quiso estudiar.
Desde hace años que la escenografía que decora lo pasillos por los que circulo, antes de que pongan a prueba mi conocimiento, están plagados de carteles, papeles con consignas políticas que buscan cambiar el mundo y despertar la conciencia adormecida de los estudiantes: "La renovación crece desde el pie", "No hay que cambiar de collar, sino dejar de ser perros", "Con participación renovemos el movimiento estudiantil", "Libertad a los presos políticos y cárcel a los genocidas". Parece que en esta sede de la Universidad de Buenos Aires la única opción es adherirse a un partido político o sentir la culpa eterna de la despreocupación social por el mundo y los necesitados.
Hace años que convivo con este ambiente, con esta gente. Hace años que miro las paredes sucias, las clases abarrotadas y la estructura desorganizada de la UBA, pero nunca, en ningún momento me arrepentí de haber optado por la educación pública, con sus pro y sus contras. El día que termine la carrera seré una orgullosa licenciada y una sobreviviente, que demostrará una vez más que solo hace falta querer estudiar más allá de todo.

21 de febrero de 2008

Punto final a los paréntesis

Hoy me encuentro frente a la posibilidad de un nuevo comienzo. Eso es lo que se obtiene al cumplir años. Borrón y cuenta nueva. Un nuevo año, todo por esperar, todo por ocurrir, mil proyectos y mil sueños. Paradójicamente y sin proponérmelo el calendario coincide con lo que me está pasando.

Hace un tiempo escribí que la mirada de los otros es lo que nos define y por ese motivo hay momentos en los que no podemos dejar ciertas relaciones, porque no queremos dejar de sentirnos como sentimos con el otro o no queremos dejar de vernos como nos ve el otro. Pura inseguridad. Sabemos que deberíamos desear más, sabemos que nos gustaría recibir más pero nos conformamos con las sobras de algunos. Siempre pensé que esas relaciones que sabíamos que no tienen futuro eran un modo de paliar la soledad, un modo de pasar el tiempo hasta que llegue el adecuado. Últimamente me encontré pensando que poner tanta energía en paliativos no era la solución, que justamente darle tanto lugar a relaciones sin sentido, sin futuro o poco claras era lo que evitaba que pudiera mantener una relación verdadera con alguien.
Igualmente me pregunto: ¿Es la solución estar completamente sola hasta que encuentre a alguien que realmente me cierre? o ¿Es mejor distraerse y disfrutar mientras aparece el indicado? La verdad es que sigo intentando resolver este dilema pero me he dado cuenta de que me cansé de las relaciones paréntesis. Me cansé de esas relaciones que uno se toma como un paréntesis, como un mientras tanto. Me gustaría tener una vida más integrada, donde pueda encontrar en una sola persona todo lo que busco. Se supone que esto es lo que buscamos todas las mujeres, pero la realidad es que durante todo este tiempo tuve demasiado miedo de estar realmente sola porque eso podía implicar que estuviera disponible para una relación seria y no estaba preparada. No sé si ahora estoy lista, pero cada una de las relaciones paréntesis que viví me ayudó no solo a transitar el mientras tanto sino a afrontar mis miedos en distintos niveles y de distintas maneras.
Por eso ahora creo que la solución no es quedarme sola completamente y a la espera de que venga el príncipe azul a rescatarme y enamorarme sino que el mejor modo será seguir yendo al encuentro de nuevos hombres, entablar nuevas relaciones, arriesgarme a ver que pasa. Es probable que mientras tanto varios planteen la posibilidad de nuevas relaciones paréntesis, pero también es muy probable que al tener claro qué quiero y al estar dispuesta a jugarme por eso descubra que del otro lado habrá alguien dispuesto a darme todo lo que necesito y a recibir y valorar todo lo que yo tenga para dar.

Por eso ahora puse un punto final a tantos paréntesis con la esperanza de tener menos signos de pregunta y tener más energía para escribir solo signos de exclamación.

17 de febrero de 2008

¿Te enteraste quien se puso de novia?

Ayer recibí un llamado de mamá para comentarme que se habia encontrado con una compañera mia del colegio. "Está de novia! Si ella que siempre fue una antipática y además es medio feucha está de novia, vos este año enganchás seguro", sentenció mi madre con esa confianza ciega en el valor de su hija. Me quedé contenta. Que suerte saber que ella todavía no me considera un caso perdido.
Hoy recibo un nuevo llamado de mamá para comentarme que había charlado el tema con su mejor amiga, esa que para mi es casi una tía, quien con esa sabiduría que llega con los años declaró: "Novio tiene cualquiera, el tema acá es qué clase de novio busca". Ante esta nueva manera de encarar las cosas, mamá pasó a destacar que ella no me quiere con cualquiera, que me busque uno que valga la pena, que merezco lo mejor. Y la realidad es que tiene razón.
Muchas veces cuando nos enteramos que alguna mujer que consideramos un desastre enganchó muchacho y se encuentra en una relación seria, nos sorprendemos y luego la envidiamos, después de despotricar contra la injusticia del mundo y la necedad de los hombres que no valoran lo que somos.
Para esos momentos es fundamental recordar lo que dijo mi tía por adopción: Novio consigue cualquiera, el tema es qué clase de novio queremos. Merecemos lo mejor porque nosotras somos excelentes candidatas: Trabajadoras, profesionales o estudiantes, inteligentes, lindas, con onda y simpáticas, independientes, con departamento y cuentas al día, generosas y sociables, de buena familia y sobre todo buena gente.
Por eso aquel que conquiste nuestro corazón deberá ser un hombre que tenga claro qué tiene para aportar a la relación, ya que como recalcó mi cuasi-tia: "Más vale sola, que mal acompañada".

12 de febrero de 2008

Yo no quiero 14 de febrero

Se acerca el día de San Valentín. No lo recuerdo porque lo tenga anotado en la agenda sino porque la publicidad y las promociones se encargaron de que no lo deje pasar. Una oleada de besos, corazones y te amos me inunda cada vez que prendo la tele y escucho la radio. Es el momento de festejar el amor con miles de cuchi, cuchis y ositos de peluche musicales. Pero ojo, evidentemente no soy la única que siente arcadas ante tanta melosidad, ayer me llego una invitación para una fiesta anti-valentines day. Excelente idea. Celebremos el no enamoramiento y la libertad.
Igualmente por más que me da urticaria tanto amor en el aire, no pude conmigo misma y empecé mi novena a San Antonio para que en el 2009 esta fecha me encuentre dentro de la gran masa de enamoradas que espera ilusionada una prueba de amor con forma de corazón, comprada por algún caballero en cualquier local de todo por dos pesos.

8 de febrero de 2008

No sos vos, soy yo.

Toda ruptura es difícil. Cuanto mayor sea el tiempo compartido o más las expectativas puestas en la relación más complicado es aceptar que alguien no quiere estar con nosotros. Al principio los entendemos. Pobre, tiene problemas para comprometerse, tiene problemas para madurar, para compartir la intimidad, para dejar la joda. Las excusas pueden ser miles. Nos duele que nos dejen por eso y nos damos cuenta de que tenemos tantas ganas de estar con el otro que seríamos capaces de bancarlo en sus procesos y nos convertiríamos sin problema en su amiga, en su amante, en su psicóloga o en lo que haga falta para ayudarlo a superar esas taras mentales que le impiden descubrir que somos lo mejor que le pasó en la vida.
La segunda etapa después de escuchar el famoso no sos vos, soy yo, es odiarlo. Malditos hombres inmaduros que no aceptan que es hora de sentar cabeza y largar a sus amigos y la juerga. Malditos hombres que no son valientes como para asumir lo que sienten y hacerse cargo de ello. Malditos hombres que no son capaces de darse cuenta de que el compromiso no tiene por qué ser una prisión, si somos mujeres modernas que estamos dispuestos a respetar sus espacios y sus tiempos. Malditos hombres que están en cualquiera, ¿que cornos significará eso?, Creo que es un modo sutil de decir que están pensando en cualquiera, en cualquier otra mujer que no seamos nosotras. Malditos hombres que nos dicen que somos demasiado para ellos, que nos dicen que somos divinas y merecemos tener un hombre mejor, que ellos no pueden darnos lo que necesitamos. La gran cuestión aca es: ¿Y ellos como saben qué necesitamos nosotras?
Cuando nos dicen que nos merecemos algo mejor, porque ellos no son lo suficientemente buenos para nosotros dejan de lado varias cuestiones. Evidentemente tan perfectas no debemos ser si nos enamoramos de un hombre que tiene la autoestima por el piso y que no es capaz de darnos nada. Tal vez ellos piensen que simplemente somos unas masoquistas y nos encanta el pibe que nos hacen sufrir producto de su gran cantidad de incapacidades afectivas. O tal vez piensen que somos mujeres muy desinteresadas y solidarias, capaces de olvidarnos de nuestra propia felicidad para darle nuestro afecto a este pobre infeliz que no se lo merece. La Madre Teresa un poroto al lado nuestro.
Una vez superadas las etapas de compasión y de odio crónico hacia todo el género masculino nos damos cuenta de que en definitiva salimos ganando. Nos sacamos de encima un soquete problemático que deja pasar la chance de ser acreedor de nuestro amor incondicional. Es en esta tercera etapa en que salimos a la búsqueda de un nuevo amor, porque en definitiva esta oportunidad era única y él se la pierde.

5 de febrero de 2008

Arena y sol y el mar azul...

Vacaciones en familia. Hace mil años que no me tomaba unos días con ellos. Somos una familia numerosa. Hoy están mis viejos, mi hermana mayor, mi cuñado y me sobrinita de un año y medio y dos sobrinos más hijos de mi hermano mayor. En jueves llega el resto de la parentela. Desde hace un tiempo que no me permito disfrutar de mi familia. Me costó mucho lograrlo, tuve que pasar por todas esas rebeliones que vienen a partir de la adolescencia. Ahora me divierte jugar a las cartas con los chiquitos, disfruto de charlar con papá, tomar mate con mamá o de hablar de las cosas mas simples con mi hermana, me gusta llevar a pasear a la más pequeña y hasta charlo con ella en ese idioma de los balbuceos que solo entienden los bebes, mientras le festejo cada vez que me dice Memy, porque la erre todavia no le sale. Estoy feliz de estar acá y en lo único que pienso es que ojalá algún día pueda tener una familia numerosa y tan linda como esta. Ojalá pueda llegar a vieja y pueda disfrutar a mis hijos y nietos en un lugar medio perdido por el tiempo donde lo único aceptable es vivir la vida de familia y alegrarse solo con ella.