22 de octubre de 2011

Pensamientos filosos

tengo la cabeza llena de palabras
pero no de las que me gustan
                    sino de las otras


me exprimen las neuronas 
martillean sobre mis orejas
me apuntan con su dedo acusado
parecen saber todo lo que debería hacer y no estoy haciendo


chillan para que hable       para que deje de callar
no toman en cuenta mi corazón 
sino lo que creen que son mis mejores intereses
sostienen que poseen la verdad
y que me sarandean
pretenden despertarme


no tienen piedad 
no saben esperar el momento adecuado
me tiran con fuerza a la cara toda la verdad de mi debilidad
a estas no se las permito decir ni a mi peor enemigo


gritan
patalean
critican 
insultan


entonces entre tanto bla bla 
paro un segundo 
        y las miro con cariño


buscan cuidarme     me digo
cuidame de otra forma      les digo


y mágicamente ellas callan

2 comentarios:

Anoia dijo...

A veces hay que hacerle caso a esas palabras aunque no concuerden con las del corazón.

María dijo...

Sostengo que no hay palabras más sabias que las que dice el corazón.
Él es el único que nos conoce.
Siempre.