18 de mayo de 2008

La comunidad de la bolsa

Ultimamente he estado chusmeando unos cuantos blogs de algunas chicas que comentaron en distintas entradas y que a su vez recomendaban otros blogs, todos con la misma temática: Hombres, soltería, relaciones, sexo y me di cuenta de que somos como una gran comunidad de mujeres pensantes y escribientes en busca de descifrar por donde va a pasar cupido este finde así nos aseguramos de estar ahí para ligar el próximo flechazo.
Estos blogs me han hecho pensar en lo que me pasó el otro día en una cena de trabajo, donde, no sé como, llegamos a tratar el tema de la bolsa de agua caliente para dormir. En mi caso es un legado materno, producto de vivir en un depto muy frio aunque hoy en día mantengo la costumbre en algunas noches de invierno. Ante el asombro de varios hombres por nuestra defensa de este ritual nocturno, mi jefe, un hombre muy analítico, nos pidió que levantemos la mano quienes usábamos la bolsa de agua caliente y para mi sorpresa éramos todas las solteras. Cuatro manos levantadas. Cuatro mujeres solas de diversas edades (desde los 28 hasta los 40) El resto de las mujeres, las casadas o de novias manifestaron no adherir a esta práctica y así nuestro jefe fue categórico: Larguen la bolsa de agua caliente y consíganse un macho.
Y nuevamente me di cuenta de que formamos una comunidad, una tribu urbana con sus propias costumbres, sus propios códigos y sus propias reglas. Es más facil entrar que salir. Sé que mucha gente considera patético esto de pensar tanto en la soltería, pero yo creo que es una etapa que me está haciendo crecer mucho. Estoy aprendiendo a clavar un clavo, a cambiar el cuerito de la canilla, a arreglar la persiana del living y a destapar la cañería del baño. También estoy aprendiendo a pedir ayuda, a tener a mano las páginas amarillas para llamar al plomero, al gasista y al pintor. Desde que estoy sola aprendí que hay situaciones en la vida donde uno necesita estar con la familia, solamente estar y donde necesita hablar con una amiga largo y tendido.
Estoy segura de que dentro de la gran comunidad de mujeres solteras, hay mil formas de vivir la soltería, habrá quienes lo vivan como una condena, como una tortura, con vergüenza o con temor a quedar para siempre asi. Yo creo que me encuentro entre las que intenta sacarle provecho a la situación, entre las que tratan de entenderse y conocerse, entre las que viven con humor cada una de las salidas que tienen y que no progresan. En esta gran tribu hay de todo, pero lo que realmente nos une no es el estado civil, ni la ausencia de un anillo en el dedo, lo que nos identifica es que cada cosa que vivimos no es nueva ni original, hay miles que atravesaron lo mismo y salieron victoriosas. Asi es que ¡Aguante la soltería y la bolsa de agua caliente!

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