Lo simple y lo complejo. Parte 2

Yo soy una mujer chapada a la antigua. Siempre espero que al final el amor triunfe ante las vicisitudes de la vida, por eso tantas veces he tenido desilusiones. Muchas veces he esperado ser la heroína que de tanto amar a distancia, de tanto estar disponible, de tanto entregar, de tanto suspirar el otro se diera cuenta al final de la historia, no puede vivir sin mi.
Así fue como más de una vez terminé descubriendo que todo el amor y la ilusión solo existían en mi cabeza y que interpretaba los acontecimientos desde lo que deseaba y no desde la realidad.
Porrazo va, porrazo viene. Encuentros y desencuentros. Llegamos a la conclusión de que no es fácil que dos personas se encuentren en el mismo lugar, con las mismas ganas, en el mismo momento. Igualmente eso es lo que buscamos.
A veces simplemente se da. Otras complejamente debemos buscar que todos los factores confluyan en el tiempo y en el espacio para que se dé.
No hay recetas para el amor, como bien dicen varios en sus comentarios en la primera parte de este post. Yo creo que todo depende de las ganas. Uno debe preguntarse, hoy qué quiero? y salir tras esa conquista. A veces le pondremos pilas, seguiremos esperando, seguiremos ilusionándonos. Otras, sentiremos que tanto ida y vuelta cansa y simplemente daremos por terminado historias que no fueron. Por eso más allá de que tengamos la esperanza de que en otro momento y desde otro lugar lo que no fue pueda ser, preferimos seguir adelante. Todo es cuestión de ganas.
Yo tengo claro qué es lo que quiero para mi. El tiempo dirá como se tiene que dar.