25 de junio de 2008

Eso que no puede faltar en un preboliche

El éxito de una noche de boliche o de fiesta depende en un ciento porciento de la onda que haya tenido la previa. No importa si tu semana fue un desastre, si venis agotada porque dormiste 5 horas en los últimos 3 días, si te fue mal en un examen o estás estresada por el laburo, cuando llegás al preboliche con las chicas sabés que todo está por cambiar.
La cosa arranca tranquila, eligiendo la música, que siempre tiene que ser pilas (punchi, reggeton, cumbiancha o lo que sea) porque los lentos tiran para abajo. La DJ elige el Cd, la radio o pone la música en la compu, mientras la amiga barman va desplegando los elementos necesarios para la elaboración de los tragos de la noche. Los más pedidos: Las caipis, vodka con jugo o sprite, gancia y las siempre presentes cervecitas frías. Otra se encarga de los bowls de papas fritas y chizzitos.
Cuando todo está sobre la mesa ratona nos sentamos alrededor, cada una con su trago en la mano y comienza la previa propiamente dicha donde no faltan:

- La ronda de cuentos, si es viernes el relato de lo que fue la semana, si es sábado las historias de la noche anterior.
- La reconstrucción, entre todas, de lo que está viviendo la amiga que está de viaje hace tiempo o la que no vemos hace unos días.
- La frase: tomá tranquila que la noche es larga...
- Los debates acerca de los temas más profundos: ¿Los hombres son unos histéricos o simplemente unos cagones? ¿Hacer dieta o comprar la ropa un talle más grande? ¿Te engancharías con un hombre que fue infiel en el pasado? ¿Vamos a los bifes o lo dejamos en un push push? ¿Se puede salir de la etapa del mensaje de texto para pasar a la etapa del llamado? ¿Hay esperanzas de que un huesito fijo o un eterno pendiente active de una vez por todas? Y otro tema siempre presente: Sexo (irrepetibles en estos renglones las preguntas que sobre este tema se debaten).
- Comer todo lo que pongan sobre la mesa, papas, chocolates, caramelos, galletitas con queso, maní. Cualquier cosa es un buen acompañante de
- Las risas y carcajadas que surgen por cualquier chiste malo, chistes que van siendo cada vez peores cuanto mayor es el nivel de alcohol por litro en sangre. Sigue con la que se tienta antes de poder completar el chiste. Y después la risa que surge por como se ríe a carcajadas alguna de las convocadas alrededor de la mesa.
- El pedido de una nueva ronda de tragos.
- Los argumentos para convencer a la que solo pasaba a vernos un ratito para que se sume al programa que viene después.
- El mensaje de texto general a todos los contactos: Hola! que sale hoy? para ver quien cae y nos tira una soga que no tenemos ningún lugar a donde rumbear.
- La respuesta grupal a los mensajes de msn que recibe alguna.
- Compartir el baño. Maquillarse o hacer lo que una necesita mientras van pasando todas a terminar de arreglarse para salir, ponerse perfume, retocar el rimel y aplicar brillito en los labios.
- La que de tanto beber empieza a hacer sus confesiones de amor eterno hacia el grupo con frases del estilo "No saben como las extrañaba!", "Les dije que las quiero mucho?"
- La lucha para subir a todas al ascensor mientras éste chilla porque hace rato que tiene la puerta abierta y si no nos apuramos nos reta el portero.
- Los vasos sucios y la cocina hecha un caos, porque aunque seamos 3 o 10 siempre van a quedar al menos 27 vasos para lavar y mucha mugre para fregar.

Obviamente algo que nunca falta en todos, pero todos los preboliches es la hora límite, porque si llegamos más tarde de las 2 tenemos que pagar la entrada. Esa hora límite que siempre nos deja con las ganas de volver a encontrarnos en otro preboliche porque todavía quedan muchos cuentos más por hacer, muchos chistes por contar, muchos tragos por tomar y sobre todo muchas risas más por reír.

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