16 de octubre de 2007

Al tercer día resucitó de entre los muertos

Quienes somos católicas creemos en la resurrección de los muertos y aquellas que no lo son terminarán creyendo en ello al concluir la lectura de esta entrada.

A que no sabés quién apareció? Frase clave al hablar de resurrección. Conocimos un hombre, nos encantó. Nos ilusionamos y luego de varias idas y vueltas, sin decir más desaparece. Nos rompemos la cabeza tratando de entender qué fue lo que pasó, qué hicimos mal, en qué metimos la pata sin darnos cuenta, ¿habremos malinterpretado las señales? Estas elucubraciones continúan hasta que una de nuestras amigas harta de que le quememos la cabeza nos dice: Basta, no va a volver. Luego de un tiempo razonable de duelo, que puede ir entre los dos días y los dos años, seguimos adelante con nuestras vidas, lo damos por muerto. Volvemos a mirar el mercado de pretendientes con la alegría de no saber qué nos espera.
En ese instante de superación absoluta, donde sentimos que hemos recobrado el control de nuestra vida suena un mensajito de texto en el celular o una ventana nueva de MSN titila en nuestra computadora. Hola bonita!, como estás linda?, en que andas bombón? Que hacés petisa? Como va todo chiquita? Que es de tu vida flacu, porotito, niña, negri, gordita, cuchi, cuhi?...
Y así, en el momento menos esperado el muerto resucita, vuelve a la vida, vuelve a meterse en nuestra vida. No sé si notaron que siempre reaparece diciéndonos alguno de esos apodos cariñosos que nos derriten y nos dejan hechas una piltrafa.
El muerto resucitado es una espécimen de hombre de la que tenemos que tener cuidado. Nos busca, nos histeriquea, nos manda mensajes y nos chatea, pero no llama y en general nunca concreta la esperada salida en el momento en que pensamos que lo hará. Solo lo hace como quiere y cuando quiere. Porque el muerto resucitado no se compromete, aparece y desaparece dejándonos cada vez con una duda más grande que la anterior.
Esto nos lleva a la conclusión de que tendremos un muerto resucitado por cada historia inconclusa en la que estemos involucradas. Por eso si estás dando por muerto a uno de tus muchachos, no desesperes. El que se va sin que lo echen, vuelve sin que lo llamen. Eso sí, habrá que ver si cuando salga como Lázaro de su tumba, nos encuentra disponibles para seguir escribiendo la historia sin fin o si finalmente ya dimos vuelta esa página en nuestras vidas.

Dedicado especialmente a la mas rubia de mis amigas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

mery..entre a tu blog x clari.O sos una genia nena!!! te juro que no pare de reirme con cada una de las verdades que escribis aca!
encima anoche recibi un mensaje y si siiiiiii!!!! fue el muerto resucitado!!! fue TAL CUAL lo describis vos!!!!como me rei!!!!
te mando un besote y felicitaciones x el blog

Anónimo dijo...

me paso tal cual.. al año de q desapareciera y yo ya ni recordando su nombre me llega un msj a las 6 am "hola reina como andas?" pretendiendo un martes de verano q yo estuviera despierta, muchos msjs a los dias siguientes pero nunca nos volvimos a ver, fue raro, igual mejor dejarlo asi.
te sigo leyendo saludos