Debería estar estudiando pero no tengo ganas.
Debería estar sentada frente a un texto inentendible que me deja más dudas que respuestas. ¿Que corno me van a tomar de esto?
Internamente no dejo de mantener conversaciones, discusiones y hasta me he llegado a retar varias veces, como cuando tenía 6 años y no quería comer los bifecitos de riñón que nos hacía mama: te quedás sentada y hasta que no terminas todo no te levantás. Pero nada. Me siento, miro los apuntes y me levanto un par de horas mas tarde cuando descubro que no adelanté nada.
Pienso que estoy cansada, que tuve solo una semanita de vacaciones, que en este llamado ya aprobé un final, que no quiero estudiar más, que en el laburo tengo muchos quilombos y eso no ayuda a tener la mente despejada para el momento en que me siento ante los textos, pero acto seguido pienso que es el último esfuerzo, que en tres días de sufrimiento tengo la posibilidad de evitar tres meses de sentir que tengo un tema pendiente más, que mi trabajo nunca va a estar libre de quilombos porque me dedico básicamente a resolver problemas, que además puedo probar si safo, total no me importa el promedio y si me saco un 2 está todo bien, al menos lo intenté.
Acto seguido mi otro yo, el más vago, contesta que nadie me apura, que para qué presionarme, para recibirme ya, que mejor me lo tomo con calma y preparo bien la materia, que puedo mantener este ritmo de estudio y preparar dos materias para el próximo llamado o atrasar un par de meses más el último final, total voy a estar haciendo todo el año la tesis, además ya me pasó una vez eso de rendir un final y sacarme un dos y fue una experiencia totalmente frustrante, mejor la evitamos estudiando como corresponde porque no sirvo para tirarme a la pileta y ver que pasa, además mirá si mañana me pisa un colectivo y yo pasé mis últimas horas haciendo algo que no tenía ganas, la vida es una sola y hay que disfrutarla.
No, no, no, no, me interrumpe nuevamente mi yo más responsable, tengo que poner la mente en positivo, hacerme la idea de que voy a ir a sentarme frente a los tres profesores que toman (el titular que todo el mundo odia, la gordita que es una jodida y pregunta cosas dificilísimas y la otra mina que solo quiere quedar bien con el jefe de cátedra)y quizá justo me preguntan lo que sé y como respondo brillantemente me dicen: dejá, no digas más, te merecés un 10, andá tranquila. Además la materia me gusta así que debería saber disfrutar del momento de estudiar y tengo que aprovechar que ya vengo con la memoria afilada, porque vengo reteniendo conocimiento desde hace 10 días, así que basta de perder el tiempo pensando pavadas y mejor empiezo a repetir como un loro las 100 clasificaciones de las 50 definiciones en que se dividen los contenidos, los 20 conceptos fundamentales y los 3 objetivos implícitos y explícitos que son el eje de la materia.
Si, basta. Pero me siento ante los resúmenes y pienso: ¿cual de mis dos yo triunfará? y sin darme cuenta noto que internamente arranca nuevamente el duelo de argumentos a favor o en contra del estudio... ¿como terminará esto? supongo que lo sabremos en el próximo capítulo.
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